La economía del bien común
¿Qué ha sido de la búsqueda del bien común? ¿En qué medida la economía puede contribuir a su realización?
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La economía del bien común, escrito por Jean Tirole, el cual obtuvo el premio Novel en Economía el año 2014 debido al “análisis sobre las posiciones dominantes en el mercado y la regulación a las relaciones entre el Estado y las empresas y a la gobernanza de estas”.
Este libro nos muestra muchos de los desafíos actuales y algunas de las dudas más profundas que la economía y los economistas experimentan en su desempeño académico y social. Su transformación de economista académico a intelectual público le hizo reflexionar sobre el papel de los economistas en la sociedad. Así apareció "Economía del bien común", que es una declaración apasionada que apoya un mundo en el que la economía está lejos de ser considerada como una "ciencia lúgubre", sino como una promoción del bien común. No obstante, la obra como tal sigue un hilo conductor marcado por; la teoría de la información; en la que las decisiones de los actores económicos están condicionadas por la limitada información de que disponen.
La economía, por tanto, puede ser útil, pues no está ni al servicio de la propiedad privada y los intereses individuales, ni al de los que querrían utilizar el Estado para imponer sus valores o hacer que sus intereses prevalezcan. Rechaza tanto la supremacía del mercado como la del Estado. La economía está al servicio del bien común; su objetivo es lograr un mundo mejor.
Algunas de las preguntas que nos plantea el libro son ¿Cuáles son los desafíos de las nuevas tecnologías? ¿Qué ha sido de la búsqueda del bien común? ¿En qué medida la economía puede contribuir a su realización?
Los 17 capítulos se agrupan en cuatro partes: economía y sociedad (capítulos 1 y 2); la profesión de investigador en economía (capítulos 3 a 5); el marco institucional de la economía (capítulos 6 a 12); y el desafío industrial (capítulos 13 a 17).
En las que podremos agruparlas en las siguientes temáticas:
a) ¿Qué es la economía?
b) Grandes desafíos macroeconómicos.
c) El desafío industrial.
CONCLUSIÓN
Como conclusión podemos decir que la economía está al servicio de todos, cuyo objetivo es hacer un mundo mejor. Para poder conseguir este objetivo deberemos adaptarnos a los desafíos económicos, ya que son los que hacen que la sociedad avance.
Con todo lo comentado en el ensayo es de destacar la teoría de juegos la cual facilita una formalización de la racionalidad contenida en las decisiones de individuos multidimensionales que interactúan entre ellos, a la vez que permite probar con personas reales muchas de las paradojas y los dilemas que sí caracterizan las decisiones humanas. La racionalidad depende, en gran medida, de la información disponible por los individuos.
Por otro lado, la regulación es complementaria a las fuerzas del mercado. Esta regulación debe ser proporcionada y su complejidad requiere que sea aplicada por organismos integrados por expertos independientes y con amplias competencias. Como Tirole afirmaba en una entrevista en 2005: «Sin un regulador fuerte, no hay liberalización eficaz».
Del mismo modo, este libro ofrece, pues, un viaje a través de una serie de temas que afectan a nuestra cotidianidad y que, sin embargo, no controlamos como lo son el calentamiento global, el paro, Europa, las finanzas, la competencia y la política industrial, nuestra relación con lo digital, la innovación y la regulación sectorial. En cada uno de ellos, se analizarán tanto el papel de los actores públicos como el de los privados y se reflexiona sobre las instituciones que podrían contribuir a una convergencia del interés individual y el interés general, es decir, al bien común.
Para concluir, el autor pone sobre la mesa cómo enfrentarse al reto industrial y cómo hacer para que los bienes y servicios tengan como primer objetivo el bien público y no los ingresos de los accionistas o de los empleados de las empresas. Muestra cómo regular las finanzas, los grandes monopolios, los mercados y el propio Estado sin que descarrile la máquina económica ni negar el papel del Estado en la organización de la sociedad.
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